Rosario duele, Rosario sangra, si no se hace nada al respecto, Rosario será solo el comienzo de una crónica, que te aseguro, nadie querrá leer porque nadie sobrevivirá para contarla.
La línea que claramente conecta esos tres tiempos de Rusia es el dominio de un nacionalismo autoritario subyacente encarnado por un Padre, un hombre providencial.